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(Diario La Región 7 de octubre 2021)

Por primera vez Matías Walker es candidato a Senador. El parlamentario que en los últimos años se ha transformado en un referente nacional, desde la región de Coquimbo, combina la experiencia del trabajo realizado y anuncia un ritmo distinto para la Cámara Alta. “Vamos a despertar proyectos que ya aprobamos como diputados y por años duermen en el Senado”.

¿Cuál fue la motivación para aceptar ser candidato a Senador?

Responder a un petición de muchos dirigentes sociales, de comités de vivienda, de juntas de vecinos, clubes de adulto mayor, agricultores, de la pesca, sistemas de agua potable rural, pymes, emprendedores y muchos independientes sin partido político con los que hemos trabajado y logrado cosas importantes.

¿Qué le dicen las personas con las que conversa en estos días de campaña?

Que necesitan alguien que siga sacando la voz por ellos y que se ponga en sus zapatos. Reconocen que así lo hicimos, que nos jugamos por proteger a la gente en los momentos más difíciles de la pandemia al poner en tabla los retiros del 10%, el IFE universal, el bono alivio pymes, que le dimos un cauce institucional a la crisis que vivimos con el estallido social liderando el proceso para una Nueva Constitución, que llevamos sus problemas ante las autoridades del nivel central y a los medios nacionales para buscar soluciones. Me dicen que necesitan esa misma energía desde el Senado.

¿Cuál va a ser su aporte personal desde el Senado?

Cambiar el ritmo a la tramitación de las leyes. Hoy son demasiados los proyectos urgentes que aprobamos como diputados y que están entrampados en el Senado. La nueva ley contra el narcotráfico, la misma reforma que aumenta las pensiones, la que sanciona con cárcel delitos económicos, la que facilita que personas puedan recuperar sus viviendas de malos arrendatarios, por nombrar algunas, no pueden seguir esperando. Vamos a despertar proyectos que ya aprobamos como diputados y por años duermen en el Senado, y en el caso de la región, promover las condiciones para que se concreten anhelados proyectos.

¿A qué proyectos se refiere?

Por ejemplo a todos aquellos que durante el actual gobierno quedaron olvidados en un baúl. El túnel de Agua Negra es el mejor ejemplo de cómo no se quiso avanzar en un proyecto clave para el desarrollo de la región, la modernización del puerto de Coquimbo para que pueda movilizar los productos de la región, las plantas desaladoras que fueron declaradas de interés público en el segundo gobierno de la Presidenta Bachelet y no se quiso avanzar en estos años. Hoy somos la única región del norte que no tiene plantas desaladoras y se insiste en diagnósticos cuando están a la mano las soluciones.

¿Se puede desde el Senado apurar estas obras?

Por supuesto, peso se requiere voluntad del gobierno de turno y convencerlos, porque todos son proyecto públicos con inversión o garantía del Estado. Imagínese que logramos convencer a las autoridades del Ministerio de Salud y de Hacienda para que se comience a construir el próximo año el nuevo Hospital de Illapel, con 100 mil millones de pesos para que en tres años ya pueda estar atendiendo pacientes en mejores instalaciones. Antes logramos a partir de una ley que la Municipalidad de Coquimbo siga teniendo la tuición del Casino de Peñuelas, logramos los retiros del 10%, y desde el Senado hay más posibilidades de influir.

¿En qué debiera enfocarse un nuevo gobierno en la región de Coquimbo?

Recurso hídrico, mirando la cordillera para los embalses que están pendientes y mirando el mar con las plantas desaladoras. Salud para concretar los nuevos hospitales de La Serena, Coquimbo, Illapel, y me preocupa muchísimo que hospitales de mediana complejidad estén siendo sub utilizados, como es el caso del Hospital de Los Vilos, de Vicuña, o el hospital de Andacollo. Necesitamos más especialistas, equipamiento y telemedicina, para aprovechar toda la infraestructura física de estos hospitales y avanzar en materia de salud mental, que es el pariente pobre de la salud de la región. Y vivienda, porque tiene un componente social, con que los niños puedan vivir en una casa digna sin ser vulnerados sus derechos, tiene que ver con la protección de la mujer para que no sea presa de violencia intrafamiliar. Hoy ningún proyecto de la región de Coquimbo está siendo viable con un subsidio de 850 o 900 UF. Tenemos que llegar con subsidio base de 1.200 Unidades de fomento para hacer viable los proyectos de vivienda social en la región de Coquimbo.