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Dicen que en estos días podría caer algo de lluvia en nuestra región de Coquimbo. Estas palabras se repiten casi como una plegaria cada semana en conversaciones de café, de oficina, en la feria y en el campo, porque de verdad estamos entregados a la naturaleza para intentar salvar una actividad económica tan relevante como la agricultura, la producción de alimentos, todos los empleos que genera y la vida.

La situación de verdad es dramática en los 3 valles de nuestra región, en la que 13 de las 15 comunas son rurales; y hablamos de un sector que genera 37 mil puestos de trabajo, siendo el segundo con mayores exportaciones a nivel regional, con casi 66 millones de dólares.

Da la impresión que todos tenemos claro el diagnóstico y lo relevante que es el agua para todas las actividades productivas y la vida en nuestra región, pero lo cierto es que desde los años de don Renan Fuentealba no se ve un plan sostenido para enfrentar esta realidad, con el sentido de urgencia que amerita la crítica situación de escasez hídrica de las cuencas de la región de Coquimbo.

Terminó el tiempo de lamentarse y llegó el momento de tomar decisiones. Por ello nosotros estamos a favor de las plantas desaladoras multipropósito, que sirvan al consumo humano, a los sistemas de agua potable rural, también a la agricultura y otras actividades productivas. No puede ser que nuestra región sea la única en el norte del país que no tenga esta tecnología que se utiliza en todo el mundo de manera amigable con el medio ambiente. También estamos a favor de seguir construyendo embalses, como lo hemos planteado, por ejemplo, respecto a Murallas Viejas y La Tranca, junto con el alcalde de Combarbalá, Pedro Castillo. También tranques más pequeños de acumulación de agua, junto con aumentar en serio el riego tecnificado. Y por cierto disminuir la burocracia en la entrega de recursos por parte de la Comisión Nacional de Riego y otras instituciones del Estado.

De las urgentes inversiones en recurso hídrico depende la vida y la economía de nuestra región, y con esa convicción vamos a incorporar la construcción de plantas desaladoras y también de embalses dentro del Pacto Pro crecimiento que le estamos proponiendo al gobierno, como una condición para avanzar en un pacto fiscal.