Es muy probable que los lectores del Diario El Día que tuvieron la paciencia de escuchar las 3 horas y media de la cuenta presidencial esperaban más y mejores buenas nuevas para la Región de Coquimbo. Lamentablemente pasamos de las expectativas a las decepciones: Nos cambiaron un tranvía por buses, y no hubo ni una sola palabra (Ni siquiera en la versión escrita del largo discurso) de las plantas desaladoras, los embalses, la ampliación del Puerto de Coquimbo, el mejoramiento de la Ruta al Valle de Elqui o de un nuevo aeropuerto, por poner algunos ejemplos. Ni la planta desaladora para asegurar el consumo humano en la conurbación, ni la planta desaladora multi propósito para Limarí y Choapa, ni el Embalse Murallas Viejas que impulsa el Alcalde de Combarbalá Pedro Castillo; nada, en una región donde sigue siendo una incógnita garantizar el agua para el consumo humano, incluso en los sectores urbanos.
La falta de anuncios concretos se da en un contexto de recesión económica regional, donde sufrimos la más baja cifra de crecimiento de todo el país, con un desempleo al alza y una paupérrima ejecución presupuestaria de un 8% por parte de la Gobernadora Regional.
Obviamente no todo es negativo: estamos en pleno proceso de concreción de los anhelados nuevos hospitales de La Serena, Coquimbo e Illapel. También hemos sido testigos – y protagonistas – de la construcción de miles de viviendas sociales, gracias a una gestión que trasciende a los gobiernos y que ha logrado consolidarse bajo el liderazgo de una buena dupla del Seremi de Vivienda y el Director del Serviu. Pero nos quedamos en general con la sensación de que las máximas autoridades del nivel central y regional no permiten que nuestra Región, a pesar de su tremendo potencial productivo, logre desplegar sus alas y volar, para así recuperar el liderazgo que tuvo tras la recuperación de la democracia, donde grandes intendentes concretaron embalses, el desarrollo de la minería y el sueño de una Región Estrella, que no permitiremos que se apague. Soltémosle el freno de mano, para que vuelva a marchar.