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Debía ser una casa común. Una en la que todos nos sintiéramos cómodos y la viéramos como nuestra, como propia. Lo cierto es que la propuesta de nueva Constitución que la Convención nos ofrece para el plebiscito se aleja del espíritu que nos llevó a este proceso, y por eso me atrevo a votar rechazo para seguir trabajando por una nueva Constitución que de verdad nos una.

Los chilenos nos pronunciamos en un 78% por una nueva Constitución, pero no por cualquier Constitución. Queríamos una que resolviera nuestros problemas como sociedad, pero se nos presenta una que los aumenta. Que divide a los chilenos en múltiples naciones, que desintegra el concepto de nación chilena, que crea dos sistemas de justicia, con un extenso catálogo de derechos sin las condiciones financieras ni judiciales para garantizarlos y que no establece contrapesos de poder. Que no se refiere a la seguridad ni al orden público, que es la principal preocupación en cada rincón de nuestro país.

Según todas las encuestas, si el plebiscito fuera hoy ganaría el rechazo. Además, entre quienes se han manifestado por el apruebo se habla que lo harán pensando en reformarla de inmediato, porque reconocen una serie de falencias. Ellos hablan de aprobar para reformar, lo que se hace prácticamente imposible con los candados que se le puso desde la convención a esta propuesta, exigiendo acuerdo de dos tercios del Congreso; o cuatro séptimos, más plebiscito nacional por cada una de las reformas. Y además, consentimiento de los pueblos originarios.

Nosotros queremos una nueva Constitución que nos una, algo que no hace esta propuesta. En el Senado ya presentamos y despachamos a sala un proyecto que permite bajar ahora todos los quórums de la actual Constitución a 4/7. Porque precisamente para generar una nueva Constitución hay que reformar el capítulo 15 de la actual, que se refiere a las reformas constitucionales.

Personalmente me la jugué en el pasado por una nueva constitución y lo voy a seguir haciendo, pero una que de verdad permita solucionar los problemas de salud, de viviendas, de pensiones, de seguridad, con reconocimiento a los pueblos originarios, sin refundar el país.

(Diario El Día, 10 de julio de 2022)