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Mucho humo y personas con dificultades para respirar nos mostraban en los últimos días los canales de televisión de la capital, debido a decenas de incendios activos en nuestro país, que incluso dejaron un fallecido. En esos días ya habíamos oficiado al gobierno por medidas extraordinarias para enfrentar los incendios forestales activos, para estar preparados ante una temporada que se avizora de alto riesgo en materia de siniestros. Porque es cosa de recorrer los caminos de la región para constatar que las lluvias del pasado invierno hicieron brotar y crecer diversa vegetación, que ahora al estar seca es abundante combustiblede posibles incendios.

A la Ministra del Interior, de quien depende la Seguridad Pública, solicitamos recursos frescos y permanentes para hacer frente a estos desastres, porque, por ejemplo, lo destinado a la región está comprometido en camiones aljibe para paliar la sequía. En concreto, es necesario ampliar el 5% de emergencia con el que cuentan los gobiernos regionales para situaciones de extrema urgencia y gravedad. También mayor flexibilidad para autoridades regionales, sin que sea deba solicitar y esperar la aprobación de autoridades del nivel central para uso de recursos en esos casos.

Además, solicitamos conocer los recursos existentes para el efectivo combate de los incendios forestales, considerando aeronaves, su cantidad, modelo y capacidad de descarga. También las licitaciones realizadas para adquirir o contratar aeronaves, los modelos y capacidad de descargas exigidos, los costos asociados y los resultados de estas licitaciones, a fin de transparentar qué capacidad tendremos de enfrentar siniestros.

Por cierto que es fundamental prevenir y comprender que encender fuego provoca tragedias como las que vivimos en Los Molles y Los Laureles en Monte Patria; y que hasta una colilla de cigarro puede ocasionar graves incendios. Esperamos que el debut del Servicio Nacional de Prevención y Respuesta ante Desastres (Senapred) que reemplaza a Onemi desde enero, efectivamente tenga más personal y recursos para coordinar, organizar, planificar y supervisar la gestión del riesgo de desastres, teniendo presente que siempre es mejor prevenir que lamentar.

(Diario El Dia, 18 diciembre 2022)