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Es deber llegar a un acuerdo entre el gobierno y la empresa Acciona por el costo de las obras del futuro Hospital de La Serena, y este acuerdo se debe sellar en el mes de marzo. Esa fue la principal conclusión de la Comisión de Obras Públicas del Senado, en la que con total transparencia se pudo conocer la visión de las partes respecto a cómo se debe resolver lo administrativo y técnico, para comenzar a construir el hospital que necesitamos los habitantes de La Serena y la región.

La historia la sabemos. Por una serie de errores se diseñó y se licitó un recinto de menor tamaño y con una serie de falencias, que no daría respuesta efectiva a los requerimientos de los equipos de salud y de los pacientes. Durante meses se buscó una fórmula para mejorar el diseño, se anunció un acuerdo técnico y económico, pero esa fórmula hoy no está vigente.

Tanto desde el gobierno, sus ministerios y direcciones, como desde la empresa concesionaria, deben comprender que el de La Serena no es un hospital mas de los que está licitando. Es un hospital de referencia en la región que tiene el menor número de camas hospitalarias en todo el país. Un hospital que ya hoy, con gran esfuerzo de los equipos de salud y con deficiente infraestructura y equipamiento, recibe pacientes derivados desde Choapa, Limarí y las comunas de la provincia de Elqui. El nuevo hospital de La Serena debe iniciar sus obras a la brevedad, porque debe complementar atenciones y especialidades con el nuevo hospital de Coquimbo, el de Ovalle, Illapel, los de menor complejidad en las comunas más pequeñas; y de no ser así, a la mesa le faltará una pata.

Los habitantes de la región no podemos aceptar más dilaciones y tampoco que se sigan eliminando dependencias o servicios para ajustar lo costos. No se puede proponer ni aceptar que no esté el Centro Oncológico en el nuevo hospital, por ejemplo. Ese fue un logro de la comunidad que dejamos incorporado para este recinto cuando aprobamos la ley nacional del Cancer, y debe considerar atención de adultos y de niños.

La concesionaria podrá entender que no puede pedir cualquier precio por las nuevas obras y el gobierno deberá comprender que hay nuevos costos que deben ser asumidos, como ha ocurrido en otros proyectos. Pero la cuenta no la pueden seguir pagando los pacientes de La Serena y la Región, que ya han sido demasiado pacientes.