Es habitual escuchar y leer que policías detienen una y otra vez a los mismos delincuentes, y que a las pocas horas o días están nuevamente en las calles cometiendo delitos. De resolver esta demanda social y poner fin a la “puerta giratoria” es que se quiere hacer cargo la ley que permitiría condenas efectivas de cárcel para reincidentes y autores de delitos de mayor connotación social, la que cumplió el último tramite en el Tribunal Constitucional y está lista para promulgarse y comenzar a aplicarse.
Esta nueva legislación consiste en una reforma al Código Penal para aumentar las sanciones a reincidentes y uno de los puntos clave es la exclusión del grado mínimo de la pena para quienes sean juzgados por un nuevo delito, junto con el aumento de un grado para aquellos que enfrenten a un tribunal ya por tercera vez. Este cambio en el Código Penal busca que quienes opten por ser delincuentes profesionales y quienes cometan delitos de alta connotación social, enfrenten las penas más duras del sistema, respondiendo al cuestionamiento ciudadano que hoy percibe que las condenas no reflejan la gravedad de los delitos, la violencia, el daño causado, ni la reincidencia respecto de sus autores.
En cuanto a la lucha contra el crimen organizado, la reforma contempla medidas de protección a fiscales que investigan las asociaciones criminales que mantienen alto nivel de sofisticación, además de la ampliación del plazo de detención en investigaciones de este tipo y la creación de un sistema de cooperación eficaz para esclarecer hechos, permitiendo la identificación de los responsables. Estas medidas son esenciales para desarticular organizaciones delictivas y proteger a los fiscales.
Esta nueva legislación, que contempla otros relevantes elementos como la posibilidad de reformalizar por un delito más grave o prisión preventiva a migrantes por peligro de fuga, entre otros, debe complementarse con la urgente modernización del Ministerio Público, para que fiscales puedan dirigir investigaciones y disponer de las pruebas para encerrar a los delincuentes. Además, un nuevo sistema carcelario para que primerizos y quienes cumplen condenas por delitos menores no se mezclen con delincuentes profesionales y con el crimen organizado; como también aislamiento para impedir que sigan cometiendo delitos desde la cárceles, para lo que presentamos hace meses un proyecto de ley. Y además, la prevención, para que nunca resulte atractivo para un niño o un joven iniciarse en la carrera de delito.