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Una tremenda alegría provocaron en familias de localidades rurales y también en ciudades de todas las comunas de la región de Coquimbo, las abundantes precipitaciones de lluvia y nieve de estos días; con expresiones de júbilo que dieron vuelta el país y que dan cuenta de lo urgente que se hacía contar con el recurso hídrico para la agricultura. Pero al mismo tiempo, avanzadas las horas, pudimos constatar los estragos que vivieron familias en campamentos, en poblaciones, en viviendas sociales más precarias o antiguas, especialmente en Coquimbo, La Serena, Ovalle y toda la región.

¿Qué viene ahora? Por supuesto lo primero es atender la emergencia para 5 mil familias que resultaron con daños en sus viviendas, como pudimos comprobarlo personalmente en sectores como la Parte Alta de Coquimbo, Punta Mira, La Cantera y otros. Para ello hemos conversado con el Ministerio de Vivienda a fin de que se dispongan subsidios para mejoramiento y reparación, sobretodo en el caso de techos. Asimismo, se hace urgente atender problemas estructurales de urbanización que persisten en sectores que se anegaron tras estas abundantes lluvias, como ocurre habitualmente, debido a que las necesarias obras de mitigación se vienen postergando hace demasiados años.

Pero también tras la emergencia es bueno reflexionar en el mediano y largo plazo en que, a pesar de estas precipitaciones, persiste y cada vez se va a hacer más ostensible la situación de la emergencia climática. La mega sequía no ha terminado en nuestra región y por supuesto que vamos a seguir impulsando plantas desaladoras multipropósito y la construcción de nuevos embalses. Porque seguramente desde septiembre en adelante, cuando comiencen los deshielos, vamos a poder apreciar mejor que nunca la diferencia entre aquellas cuencas que tienen embalses y van a aprovechar los deshielos, versus cuencas que no los tienen, y en donde el vital elemento que va a ser muy importante en tiempos de escasez hídrica se va a perder en el mar, más allá del caudal ecológico indispensables para mantener los ecosistemas. 

 

(Diario El Día, 17 de julio de 2022)