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Un proceso ejemplar en el que se eligieron Consejeros Constitucionales preparados, con capacidad y voluntad de llegar a acuerdos para redactar una propuesta de Nueva Constitución que entregue estabilidad y cohesión social a nuestro país, al menos por los próximos 40 años. Esa sería una buena noticia para leer mañana respecto al acto electoral que vivimos hoy en nuestro país.

Es bueno hacer memoria. Estamos en una segunda oportunidad de darnos como nación un nuevo contrato social (que de eso se trata una Constitución Política), después que una mala propuesta que pretendía refundar nuestro país, a partir de lo que parecía ser un nuevo experimento, fuera rechazada por una mayoría abrumadora, en una votación con la mayor participación desde que se tenga memoria. Eso nos llevo a liderar desde el Senado este nuevo proceso, que además de 50 consejeros constitucionales elegidos hoy por la ciudadanía, considera el comité de expertos que ya ha avanzado en un ante proyecto de Constitución, como lo propuso en su momento el Presidente Ricardo Lagos, en una idea que siempre apoyamos; y también el comité técnico de admisibilidad que velará porque no se contravengan las 12 bases institucionales ya acordadas por todos los sectores, a fin de evitar el exceso de creatividad que ya vivimos hace meses.

Entre estas Bases Institucionales  se destaca el que Chile es un Estado social y Democrático de Derecho, cuya finalidad es promover el bien común; que reconoce derechos y libertades fundamentales; y que promueve el desarrollo progresivo de los derechos sociales, con sujeción al principio de responsabilidad fiscal; y a través de instituciones estatales y privadas. Ademas el que Chile es una República democrática, cuya soberanía reside en el pueblo, con un Estado unitario y descentralizado, con 3 poderes: Ejecutivo, Legislativo y Judicial; entre otros aspectos que deberán estar consagrados en la propuesta a ser plebiscitada.

A quienes hoy resulten electos y electas les pedimos una propuesta que no parezca un programa de gobierno ni de izquierda ni de derecha. Que nos propongan una Constitución Política de la República de Chile que sea imposible de rechazar.